miércoles, 19 de septiembre de 2012

Títulos eslavos: gran duque, gran príncipe


El título Gran Duque (en latín, magnus dux) es usado en Europa Occidental y particularmente en los países germánicos para soberanos menores. Tiene un rango protocolario inferior al de rey pero más alto en precedencia que un duque soberano o un príncipe soberano. También es usualmente traducido como gran príncipe en idiomas que no diferencian entre príncipes que son parientes no gobernantes de un monarca (como el alemán Prinz) y príncipes gobernantes (como el alemán Fürst). En inglés y francés se usa el término en este último sentido.


Corona gran ducal


El título ha sido aplicado confusamente, en traducción y en rango diplomático (cuando se decide la precedencia en una cena de Estado, por ejemplo), a duques no soberanos, particularmente en estados occidentales anteriores a la formación de las Naciones Unidas.

Europa Occidental

El propio término de gran duque fue una invención para denotar un duque particularmente poderoso, puesto que el título de duque a través de la Edad Media había ido disminuyendo por pertenecer a gobernantes de feudos relativamente pequeños (como una ciudad estado o un distrito), en lugar de las grandes provincias a las cuales una vez había estado vinculado.

Uno de los primeros ejemplos ocurrió cuando el Conde Gonçalo I Mendes de Portucale (en el noroeste de Portugal y considerado el núcleo original del país) tomó en 987 el título original de Magnus Dux Portucalensium (Gran-Duque de Portucale) y se rebeló contra el rey Bermudo II de León. Fue derrotado por los ejércitos reales pero obtuvo una remarcada autonomía como un Magnus Dux.


Escudo del Condado de Portugal


Otro ejemplo fue el uso semi-oficial del título por los posteriores Duques de Borgoña, en el siglo XV, cuando gobernaron una porción de Francia oriental así como la mayoría de los Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo. Felipe III, Duque de Borgoña de 1419 a 1467, asumió el título y tratamiento legalmente vacío de Gran Duque de Occidente en 1435, habiendo consolidado bajo su posesión los ducados de Brabante y Limburgo y los condados de Holland, Zeeland, Friesland, Hainaut y Namur. Su hijo y sucesor Carlos el Calvo (gobernante de 1467 a 1477) continuó el uso del mismo tratamiento.

El título magnus dux o Didysis Kunigas, Didysis Kunigaikštis en lituano, fue usado por los gobernantes de Lituania y, después de Vladislao II Jagellón, por los reyes de Polonia. Desde 1573, en Lituania, Rusia, Mazovia, Samogithia, Kiev, Volhynia, Podolia, Podlachia, Livonia, Smolensk, Severia y Chernigov se usó tanto el término latino como el equivalente polaco wielki ksiaze, como parte de las respectivas versiones del tratamiento completo de los reyes de Polonia durante la Mancomunidad Polaco-Lituana.


Santa Eduviges I de Anjou-Hungría, hija de Luis I el Grande, Rey de Hungría, a los 10 años de edad (1384) fue tomada como esposa por el pagano Jagellón, Gran Duque de Lituania, futuro Vladislao II de Polonia.


En 1582, el rey Juan III de Suecia agregó el título de Gran Duque de Finlandia a los títulos subsidiarios de los reyes suecos. Luego de las conquistas rusas, siguió siendo usado por el emperador ruso en su rol como gobernante de Lituania (1793-1918) y de la Finlandia autónoma (1809-1917). La Casa de Habsburgo gobernante del Sacro Imperio instituyó un Gran Principado similar en Transilvania en 1765.

Los primeros monarcas oficialmente intitulados grandes duques fueron los soberanos Médici de Toscana a comienzos del siglo XVI. Este título oficial fue otorgado por el Papa Pío V en 1569, pero las tierras en cuestión estaban bajo la soberanía del Sacro Imperio Romano. Toscana permaneció como gran ducado hasta 1860, cuando fue anexionado por el Reino de Cerdeña como parte de la reunificación de Italia.

Napoleón acostumbraba otorgar este título extensivamente: durante su era, varios de sus aliados pudieron asumir el título de gran duque usualmente al mismo tiempo que sus feudos heredados eran aumentados por tierras adicionales obtenidas gracias a esa alianza.


Joachim Murat, Mariscal del Imperio y Gran Duque de Berg en 1806.



Cuando Napoleón fue derrotado en Waterloo y sus territorios vasallos como el Gran Ducado de Berg fueron borrados del mapa de Europa, los representantes reunidos en el Congreso de Viena consintieron más usos del título por restaurados duques y príncipes, especialmente para muchos de aquellos en las tierras que habían constituido el Sacro Imperio Romano. Así, el siglo XIX vio un nuevo grupo de monarcas titulados grandes duques a lo largo y a lo ancho de Europa Central.

Las lenguas germanas y holandesas, que tienen palabras separadas para príncipe real (Prinz, Prins) y para príncipe soberano (Fürst, Vorst), marcan a los Grandes Príncipes de Lituania, altos príncipes de los estados rutenos y otras naciones europeas, así como los gobernantes rusos y posteriores príncipes imperiales de la sangre, con los términos Grossfürst (Großfürst), Grootvorst, no Grossherzog (Großherzog), Groothertog.

Las soberanías de los grandes ducados

El territorio cuya cabeza de Estado es un gran duque o gran duquesa constituye un Gran Ducado.

El único gran ducado en existencia hoy es Luxemburgo, que ha sido tal desde 1815 cuando los Países Bajos se convirtieron en un reino independiente y Luxemburgo fue entregado al Rey de esa nación, Guillermo I. Luxemburgo permaneció en unión personal con la corona de los Países Bajos hasta 1890 cuando Guillermo III murió sin herederos masculinos, por lo que en los Países Bajos fue sucedido por su hija Guillermina y en el gran ducado luxemburgués por un primo distante, el duque Adolf de Nassau, quien se convirtió en S.A.R. Gran Duque Adolphe, una disposición necesaria por la Ley Sálica para ser aplicable en Luxemburgo pero no en los Países Bajos.


Gran Escudo de Armas del Gran Ducado de Luxemburgo



En Alemania, el uso del título se extendió después de 1815, pero su aplicación no era universal. Esto es algo irónico, dado que un gobernante borgoñón que una vez en lo que antes eran regiones fronterizas occidentales de Alemania adoptó por primera vez el título y considerando que era un señor alemán, el Sacro Emperador Romano, quien primero otorgó el título oficial a un príncipe italiano.

En Bélgica, Grand Duché (“gran ducado”, en francés) es a menudo usado como un metonímico para referirse al vecino Gran Ducado de Luxemburgo. Esto ocurre para evitar confusión con la provincia belga del mismo nombre; cuando oye Luxemburgo, un belga pensaría espontáneamente en la provincia antes que el gran ducado. Al mismo tiempo, Royaume (“reino”, en francés) sería usado para referirse a Bélgica.

Invitación a la cena de gala durante la visita de Estado del Gran Duque de Luxemburgo a Portugal (2010)



Entre las Guerras napoleónicas y la Primera Guerra Mundial había 16 grandes ducados en Europa.

El término “gran ducado” es a menudo usado incorrectamente en referencia al Ducado de Varsovia (1807-1813), el cual era de hecho un ducado. Las otras dos jurisdicciones incorrectamente etiquetadas de esa forma son el Gran Ducado de Lituania (en realidad un principado, en ruteno "Великое князство Литовского") y el Gran Ducado de Moscú (también un principado, en ruso "Великое Княжество Московское").

Gran Príncipe

Los Grandes Príncipes eran monarcas medievales que gobernaban usualmente varias tribus y/o eran señores de otros príncipes. En la época, eran usualmente traducidos y tratados como reyes. No obstante, los grandes príncipes no fueron elevados a soberanos como los reyes occidentales posteriores y así, particularmente en la literatura, eran considerados reyes menores. Los grandes príncipes gobernaron en Europa Central y Oriental, notablemente entre eslavos y lituanos.

En ruso, este título es Velikiy Knjaz (Великий князь). La palabra eslava knjaz y la lituana kunigas (hoy traducida como “príncipe”) son en realidad cognados de Rey. Así,  Veliki KnjazDidysis Kunigas son más como “alto rey” que “gran duque”.


Casimiro IV Jagellón fue Gran Duque de Lituania desde 1440 y Rey de Polonia desde 1447.



Estos países se desarrollaron de una forma en que la posición del jefe de la dinastía se fue haciendo más elevada. En estas situaciones, tales monarcas asumieron un título más alto, como Zar o Rey. El Gran Príncipe Iván IV de Moscovia fue el último monarca en gobernar sin un título más alto, hasta que asumió el de Zar de Rusia en 1547.

Los gobernantes de Transilvania, estado vasallo de Turquía, usaban el título de Gran Príncipe, que fue más tarde asumido por los Habsburgo cuando conquistaron Hungría. Los reyes polacos de la dinastía sueca Vasa también usaron el título principesco para su territorio no-polaco. En muchas de esas tierras ya era en siglos medievales otorgado simultáneamente a varios gobernantes de la dinastía más extensa

En tiempos modernos este título continuó como cortesía para todos o la mayoría de los miembros de la dinastía rusa, tal como el Gran Duque de Rusia (veliki knjaz) en la era imperial.


El Gran Príncipe (luego Gran Duque) Vladimir Aleksandrovich Romanov, hijo del Zar Alejandro II, hermano del Zar Alejandro III y tío del Zar Nicolás II.


Grandes Duques bizantinos

El título latino dux (la ruta etimológica de duque), el cual fue fonéticamente dictado δουξ en griego, fue un título común para generales imperiales en los tardíos Imperios Romanos (oeste y este), pero era inferior en rango que comes (la ruta etimológica de conde). En el Imperio Bizantino, un dux ocupaba un rango justo por debajo de un strategos, esto es, el comandante en jefe y supremo de un cuerpo militar terrestre.

Bajo el último, exclusivamente bizantino sistema de themata, el comandante de una thema era a menudo tratado como un dux. El título de Gran Duque (megas doux) fue creado por Alexios I Komnenos y fue conferido al almirante al mando de la armada bizantina. El título permaneció en uso hasta el fin del imperio, época en que el cargo se había convertido en un virtual ministro principal, liderando tanto la administración civil como militar.


Megas doux Alexios Apokaukos (1341). Durante el gobierno imperial de la dinastía Paleólogo, el megaduque se convirtió en primer ministro del emperador, pasando por encima de toda la burocracia bizantina. 


Grandes Duques rusos

Gran Duque es la tradicional traducción del título Velikiy Knjaz (Великий Князь), el cual desde el siglo XI fue primero el título del Príncipe del Kievan Rus’, luego de varios príncipes del Rus’. Desde 1328 el Velikiy Kniaz de Moscovia apareció como el gran duque para “todas las Rusias” hasta que Iván IV de Rusia en 1547 fue coronado como Zar. Después de eso el título les fue dado a hijos y nietos (a través de las líneas masculinas) de los Zares y Emperadores de Rusia. Las hijas y nietas paternas de los emperadores rusos, así como las consortes de los grandes duques rusos, eran generalmente llamadas “grandes duquesas”.

Desde 1809 a 1917 el Emperador de Rusia era también el Gran Duque de Finlandia, el cual mantuvo como un estado autónomo. Antes de la conquista rusa, Finlandia había sido sostenida por los reyes suecos, primero como un ducado real, desde 1581 con el rey asumiendo el título secundario de Gran Príncipe de Finlandia (en finlandés: Suomen suuriruhtinas, en sueco: Storfurste av Finland), también traducido como Gran Duque de Finlandia.


El Gran Príncipe de Kiev


Estilos y formas de tratamiento

Muy a menudo, un gran duque reinante y en algunas familias también un gran duque hereditario, era tratado como “Alteza Real”. Otros miembros jóvenes generalmente llevaban el tratamiento menor de “Alteza Gran Ducal”. Por ejemplo, antes de su matrimonio, la Emperatriz Alexandra de Rusia era conocida como “Su Alteza Gran Ducal Princesa Alix de Hesse y del Rhin” (Ihre Großherzogliche Hoheit Alix Prinzessin von Hessen und bei Rhein).

La familia gran ducal de Luxemburgo, no obstante, trataba a todos sus miembros como “Altezas Reales” desde 1919; esto es debido al hecho que eran miembros menores de la Casa Real y Ducal de Borbón-Parma, como descendientes en línea masculina del Príncipe Félix de Borbón-Parma.

Históricamente, grandes duques y grandes duquesas de Rusia eran tratados como “Altezas Imperiales”, al ser miembros de la familia imperial rusa.


Comunicado de la Corte de Luxemburgo: “Sus Altezas Reales el Gran Duque y la Gran Duquesa tienen la gran alegría de anunciar el compromiso de su hijo, Su Alteza Real Príncipe Guillermo, el Gran Duque Heredero, con la condesa Estefanía de Lannoy. Palacio, 26 de abril 2012”





sábado, 8 de septiembre de 2012

Por la Gracia de Dios


Por la Gracia de Dios (en latín, Dei Gratia, abreviado D.G.) es una parte introductoria de los tratamientos completos de un monarca históricamente considerado como gobernante por derecho divino, no un título por derecho propio.

Originalmente, tenía un significado literal: la voluntad divina era invocada-en particular por monarcas cristianos- como legitimación (el único por encima de todo poder terrenal) para la autoridad absolutista que el monarca ejercía. Esto también se conoce como el derecho divino de los reyes, es decir, el respaldo de Dios para el reinado del monarca.



En la inscripción de Behistún sobre el camino que une Babilonia y Ecbatana, las capitales de Babilonia y Media, el rey de reyes persa Darío I el Grande había inscrito, en persa antiguo, acadio y elamita, lo siguiente:

"El rey Darío dice: Por la gracia de Ahura Mazda soy rey; Ahura Mazda me ha concedido el reino."

Dado que en la antigüedad era muy común que las deidades paganas fueran equiparadas entre sí o incluidas por los conquistadores en su panteón, el hecho de que el "dios" al que se referían fuera a menudo una deidad extranjera no era obstáculo para transmitir estilos devocionales o incluso legitimación. Por lo tanto, la frase "rey por la gracia de Dios" pasó de la monarquía persa a los herederos helenísticos del conquistador greco-macedonio Alejandro Magno y fue llevada por los emperadores romanos posteriores, quienes la cristianizaron al adoptar el cristianismo como la nueva religión oficial. Y así pasó a Europa, facilitado por pasajes en la Biblia que se refieren a Dios interviniendo en los acontecimientos terrenales y nombrando a los gobernantes.



El poder temporal emanaba de Dios, el Señor (Dominus): emperadores, reyes, señores, ejercían su mandato por delegación divina (Rex Dei Gratia), lo que era representado hasta en las obras arquitectónicas.


Mientras que los emperadores romanos cristianos durante el último Dominado, sobre todo en el Este (como continuó en Bizancio tras la caída de Roma), llegaron a actuar fuera del rol de la voz de Dios en la tierra, centralizando todo el poder en sus manos, por ejemplo, reduciendo al Patriarca de Constantinopla a su "(Estado) Ministerio de Culto" y proclamando su "universal" autoridad, para la mayoría de las dinastías más bien resultaría ser una batalla sin fin por las colinas de resistencia política, tanto de los polos rivales dentro de su estado (nobleza, clero, pueblo, incluso dentro de una dinastía) como de potencias extranjeras reclamando independencia o incluso hegemonía, por lo general restringiéndolos en limitaciones constitucionales (no necesariamente estatutos escritos, más a menudo una cuestión de derecho consuetudinario y privilegios establecidos).

Por costumbre, la frase "por la Gracia de Dios" está limitada a soberanos gobernantes; en la lógica feudal, un vasallo no podía usarlo, ya que mantenía su feudo no por la gracia de Dios todopoderoso, sino por concesión de un superior noble, (in) directamente de la corona. Sin embargo, esto no impidió que los reyes siguieran usándolo, incluso cuando algunos de ellos homenajeaban al papa (como vice-regente de Dios) y/o a otros gobernantes (a veces incluso entre sí), a causa de algún feudo (menor o "externo"), o incluso por su dignidad real, como la mayoría de los pertenecientes al Sacro Imperio Romano Germánico.



Documento oficial encabezado con Ferrandus Dei Gratia Rex Castelle et Toleti… (Fernando, Por Gracia de Dios Rey de Castilla y Toledo)


Mientras que el "encantamiento" de la Gracia divina se convirtió en un tratamiento prestigioso que pocas monarquías cristianas podían resistir, no es una carta blanca literal desde el Cielo, sino una consagración de la mística "sagrada" de la corona. Algunos de ellos sobreviven aún en las modernas monarquías constitucionales y se expresan en la mayoría de las repúblicas y dictaduras ligeramente religiosas, donde se ha transferido todo el poder a los políticos elegidos. En las modernas, sobre todo recientemente (re-) fundadas monarquías, reportes más realistas de poder (a menudo una voz decisiva en la sucesión y los cordones de la bolsa) encuentran expresión, a veces incluso abandonando  "Por la Gracia de Dios", o mejor dicho, especialmente antes, en la intercalación de frases compensatorias, tales como "y la voluntad del pueblo", y / o sustituyendo el genitivo "soberano de  tal lugar" por "soberano de los habitantes de tal", muy significativo pues vincula a la noción ilustrativa de "contrato social", lo que significa que el "soberano" nominal está, de hecho, potencialmente sujeto a la aprobación nacional, sin la cual una revolución en su contra puede ser legítima.

Hoy en día, aunque todas las monarquías occidentales son constitucionales, todo el poder político que ha pasado al pueblo (por referéndum o, generalmente, elecciones), la hoy hueca frase tradicional "por la gracia de Dios" está todavía incluida en los títulos completos y tratamientos de los monarcas de Dinamarca, Liechtenstein, los Países Bajos y el Reino Unido, pero no en los de Bélgica, Luxemburgo, Mónaco, Noruega y Suecia. Al igual que el uso del término "súbdito" para los ciudadanos de la monarquía, "por la Gracia de Dios" es una forma protocolar que ha sobrevivido a la emancipación del electorado de sus gobernantes una vez absolutos, quienes hoy gobiernan sólo de nombre, pero sin poder político real.


Armas de Maria I Dei Gratia Portugaliae et Algarbiorum Regina (María I, Reina de Portugal y de las Algarves)


La Constitución española de 1978, en su artículo 56, inciso 2, establece que el título de Rey de España es simplemente "Rey de España", pero también posee los títulos tradicionales de la Corona española (podrá utilizar los demás que correspondan a la Corona). Como resultado, el rey de España sigue siendo el rey "por la gracia de Dios". Durante la dictadura de Francisco Franco, las monedas españolas llevaban una leyenda que lo identificaba como “Francisco Franco, Por La G. de Dios Caudillo de España.”

Paralelismos existen en otras civilizaciones, por ejemplo, el Mandato del Cielo del imperio chino, donde por siglos los decretos oficiales de los emperadores de China, invariablemente, se iniciaban con la frase "Fèng Tiān chéng yùn, Huángdì zhào yuē", que se traduce como "Por la Gracia del Cielo, el emperador decreta".



El Emperador y la Emperatriz de China (fundadores de la dinastía Ming, siglo XIV)


En las lenguas modernas

Esta lista, posiblemente incompleta, se limita a frases que son o fueron utilizadas oficialmente por las tradicionales monarquías (principalmente occidentales cristianas) en sus tratamientos reales.

Lenguas germánicas:

·         By the Grace of God (inglés)
·         Deur die Genade van God (afrikaans)
·         Af Guds nåde (danés, ortografía pre-1948: Af Guds Naade)
·         Bij de Gratie Gods (holandés)
·         Av Guðs/Guds náði (Islas Feroe)
·         Von Gottes Gnaden (alemán)
·         Af Guðs náð (islandés)
·         Av Guds nåde (noruego)
·         Av Guds nåde (sueco)

Lenguas romances:

·         Per la gràcia de Déu (catalán)
·         Par la Grâce de Dieu (francés)
·         Per la Grazia di Dio (italiano; en Piamonte y Sicilia y el Reino de Italia reemplazado por Per Grazia di Dio e Volontà della Nazione luego de la constitución de 1948)
·         Por graça de Deus o Pela graça de Deus (portugués)
·         Por la Gracia de Dios (español; disminuido desde 1978, reemplazado por Rey Constitucional de España, etc.)
·         Prin Harul lui Dumnezeu (rumano; también Din Mila lui Dumnezeu)

Idiomas bálticos y eslavos:

·         Milošću Božijom (bosnio)
·         Божію Поспѣшествующею Милостію (ruso arcaico)
·         По Божия милост (búlgaro)
·         Z milosti Boží (checo)
·         Milošću Božjom o Božjom milošću (croata)
·         No Dieva žēlastības (letón)
·         Dievo malone (lituano)
·         По милост Божја o По Божја Милост (macedonio)
·         Z Bożej łaski (polaco)
·         Po milosti Božjoj (serbio)
·         Z Božej milosti (eslovaco)
·         Po milosti božji (esloveno)



Vivat Elizabeth II, Dei Gratia Britanniarum Regnorumque Suorum Ceterorum Regina, Consortionis Populorum Princeps, Fidei Defensor.


Conceptos similares no relacionados y, a veces, precediendo el cristianismo:

·         Por la Gracia del Cielo, utilizado por el emperador de China y el emperador de Corea.
·         Por la Gracia del Cielo, sentado en el trono ocupado por la misma dinastía desde tiempos inmemoriales, estilo usado por el emperador de Japón hasta 1945.
·         Por Dios, a menudo unido a los nombres descriptivos de los Califas.

Variaciones en la fórmula

En algunos casos, la fórmula era combinada con una referencia a otra legitimación, especialmente nociones democráticas tales como el contrato social, por ejemplo:

·        Oliver Cromwell fue Lord Protector por la Gracia de Dios y de la República, lo que denota que fue elegido por Dios para gobernar, pero fue puesto allí por el pueblo de la 'Commonwealth' (república británica).
·         Agustín de Iturbide de México fue tratado Agustín I, Por la Providencia de Dios, Emperador Constitucional de México.
·         Por la Gracia de Dios y la Voluntad de la Nación (Per Grazia di Dio e Volontà della Nazione) en el Reino de Italia, así como en el Imperio italiano, donde el rey era tratado Por la Gracia de Dios y la Voluntad de la Nación [italiana ] Rey de Italia, Rey de Albania, Emperador de Etiopía, lo cual, aunque omitía la titularidad como Rey de Chipre y de Jerusalén, en su lugar la Casa de Saboya trataba previamente y a la vez Duque de Saboya, Rey de Cerdeña, Príncipe de Piamonte.
·         Por la Gracia de Dios y la Voluntad del Pueblo en el Reino de Serbia y Reino de Yugoslavia.
·         Los soberanos del Reino de Hawai eran tratados Por la Gracia de Dios y bajo la Constitución de las Islas de Hawai, Rey (o Reina).


Vittorio Emanuele II, Por Gracia de Dios y Voluntad de la Nación Rey de Italia.