lunes, 1 de marzo de 2010

RULE, BRITANNIA!


Los romanos conquistaron Inglaterra –habitada por los celtas- en el siglo I A.C. y la dominaron durante cuatro siglos. En el siglo V las legiones romanas abandonaron la isla para defender Roma, atacada por los bárbaros. Los pictos y los escotos del Norte se apoderaron de todo el territorio, el cual fue invadido por las tribus germánicas de jutos, sajones y anglos. Los anglos y los sajones terminaron por unirse –anglosajones- y adoptaron una unidad lingüística.


La isla de Bretaña


La monarquía anglosajona comenzó en 827 con Egberto de Kent. De 1017 a 1042 Canuto el Grande de Dinamarca la mantuvo bajo su imperio. En 1066 fue coronado rey de Inglaterra el duque de Normandía, Guillermo el Conquistador. A esta dinastía la sucedió la de Anjou-Plantagenet con Enrique II (1154). Un rey de esta Casa, Juan Sin Tierra, aprobó la Carta Magna (1215) que fue el origen del movimiento parlamentario inglés. Con el fin de la Guerra de los Cien Años (1337-1453) Inglaterra perdió prácticamente todas sus posesiones en Francia. La guerra de las Dos Rosas, de la que salió beneficiada la dinastía Tudor (1485), significó el fin del feudalismo, el establecimiento de la monarquía absoluta y la proclamación de Enrique VII.

Con Ricardo III termina una época (1485)

Enrique VIII fue una de las figuras más relevantes de la historia inglesa. Al repudiar a su esposa Catalina de Aragón a favor de Ana Bolena, provocó el cisma con la Iglesia Católica, abrazando el protestantismo (1533), lo que dio lugar a un período de luchas religiosas. Una hija de Catalina y de Enrique VIII, María Tudor, se casó con Felipe II de España, que se convirtió en rey consorte de Inglaterra (1553-1558). A María Tudor la sucedió Isabel, hija de Ana Bolena, quien desarrolló una política de enemistad con España y provocó la desafortunada expedición de la Armada Invencible (1588), la cual fue casi totalmente destruida. Bajo el reinado de Isabel I se estableció la Iglesia Anglicana y se inició la expansión colonial; el comercio tomó un gran desarrollo y floreció la literatura.

Isabel I y la Armada Invencible (1588)

El conflicto entre la Corona, partidaria del absolutismo, y el Parlamento, que procuraba limitar los poderes del rey, originó la guerra civil que desembocó en la dictadura de Oliverio Cromwell (1653-1658). En 1660 fueron restaurados en el trono los Estuardo (Carlos II y Jacobo II) pero fueron nuevamente derrocados al pretender restablecer el catolicismo. El Parlamento ofreció la corona a Guillermo II de Orange y su esposa María. Durante el reinado de Ana, hermana de ésta, se fusionaron las coronas de Inglaterra y Escocia (1707).


El siglo XVIII marca el comienzo del poderío marítimo y comercial de Gran Bretaña y el nacimiento de la revolución industrial. La pérdida de los Estados Unidos (1776) fue compensada con la conquista de la India. Gran Bretaña contribuyó en forma destacada a la derrota de Napoleón en Waterloo (1815) tratando así de limitar el poderío francés.

Durante el reinado de Victoria I (1837-1901), el Reino Unido se convirtió en la primera potencia mundial. Los irlandeses obtuvieron el reconocimiento del Estado Libre de Irlanda (1921), excepto el Norte o Ulster. Este hecho y la complejidad del imperio colonial fue causa de que se transformara a éste en una asociación de países libres (la Commonwealth) en 1931.


La Reina y los ministros de la Commonwealth (Londres, 1961)


Bajo el reinado de Jorge VI, de la Casa de Windsor (instaurada durante el reinado de Victoria con el nombre de Casa de Sajonia-Coburgo-Gotha), el Reino Unido participó de la Segunda Guerra Mundial, dirigido con habilidad por el Primer Ministro Churchill, aunque debió soportar inicialmente un duro castigo nazi. En 1945 se llama a elecciones y triunfa el jefe del partido laborista, Clement Attlee, que nacionalizó la mayor parte de las industrias e inició un proceso de descolonización: independencia completa de Irlanda, India, Pakistán y Ceilán. En 1952 subió al trono Isabel II, hija del fallecido Jorge VI.


En 1951 triunfaron los conservadores, que se mantuvieron en el poder hasta 1964. A partir de este año se alternan en el Nº 10 de Downing St. (residencia tradicional de los premiers británicos) los laboristas y los conservadores. En 1979 fue elegida por primera vez en la historia una mujer como Primer Ministro, la conservadora Margaret Thatcher. Gracias a su política y a la campaña llevada a cabo respecto al conflicto de las islas Malvinas, obtiene una amplia mayoría en las elecciones de 1983 y 1988.


La Primer Ministro británica con el Grupo de los 7 en Williamsburg, Virginia (1983)


En noviembre de 1990 se realizan elecciones dentro del partido conservador y triunfa John Major, quien reemplaza a la “Dama de Hierro” tras la renuncia de ésta, como primer ministro y jefe del partido. El 4 de abril de 1992 se llevan a cabo nuevas elecciones y vuelve a triunfar el conservadurismo. Cuando se cumplen 50 años en el trono de la reina Isabel, es Tony Blair, laborista, quien se mantiene en el poder.


Los Monarcas

Alrededor del siglo IX surgieron en Bretaña dos grandes reinos: Escocia e Inglaterra, cada uno de los cuales llevaba aparejado el título de rey. Esta situación se mantuvo hasta el siglo XII, ya que al conquistar parte de Irlanda, el monarca inglés Enrique II, creó el Señorío de Irlanda, que pasó a su hijo menor Juan "Sin Tierra", mientras que la corona de Inglaterra recaía en su hijo mayor Ricardo Corazón de León; al morir este último, Juan se convirtió rey de Inglaterra y Señor de Irlanda.

El título se mantuvo constante, hasta que Enrique VIII de Inglaterra convirtió el señorío en reino, pasando a denominarse rey de Inglaterra e Irlanda. Precisamente al morir sin descendencia la última de sus hijas, Isabel, las coronas inglesa y escocesa se unen en la persona de Jacobo I de Inglaterra y VI de Escocia, que gobernó con los títulos de rey de Escocia, Inglaterra e Irlanda.


James I de Inglaterra y VI de Escocia con la Orden de la Jarretera (1621)


Este título se mantuvo hasta que Ana I firmó en 1707 la Ley de Unión entre Inglaterra y Escocia, pasando a ser Reina de Gran Bretaña e Irlanda. El sucesor de Ana, Jorge I de Inglaterra, aportó el electorado de Hannover a la lista de títulos reales británicos. Posteriormente, en 1800, una Ley de Unión similar a la de Ana, esta vez entre Gran Bretaña e Irlanda, fue firmada por Jorge III, que pasó a titularse Rey del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda. Este mismo monarca consiguió que el Congreso de Viena convirtiera el electorado de Hannover en reino. Sin embargo, su nieta Victoria no pudo conservar ese título debido a la Ley Sálica imperante en Hannover, aunque fue coronada posteriormente como emperatriz de la India, convirtiéndose por lo tanto en Reina del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda y Emperatriz de la India.



Victoria -Regina et Imperatrix- en su Jubileo de Diamante (1897)


La independencia de Irlanda en 1922 y de la India en 1947, redujo el título al de Rey del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, que es el usado por la soberana actual, Elizabeth II.



2 comentarios:

  1. Que interesante resumen de la historia inglesa, en apenas unas pocas lìneas uno puede hacerse una clara idea de lo la historia britànica y la de sus monarcas, una cosa vale la otra.

    Un saludo.

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  2. Agradezco su deferencia. Este trabajo intenta ser lo más ameno posible para uds, los respetuosos lectores.

    Semper fidelis

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