lunes, 1 de febrero de 2010

NOBLEZA COMPRADA: De cómo todo título tiene precio

Hubo una época en que las grandes fortunas, mayormente norteamericanas, salieron a comprar títulos nobiliarios por doquier. A diferencia de William Waldorf Astor y John Jacob Astor IV, quienes obtuvieron vizcondado y baronía, respectivamente, por mérito propio, otros magnates enviaron a sus hijas y herederas como señuelo para adquirir el lustre de la vieja nobleza. Y en el siglo XX vinieron las figuras femeninas del espectáculo, quienes con su riqueza propia y su fama adquirida en el cine o el teatro, quisieron agregar otra conquista por la vía más fácil: casarse con un noble para ascender a la nobleza.



Un duque real con vestimenta de coronación de Par del Reino
(Su Alteza Real El Duque de Clarence en la coronación de George IV del Reino Unido, 1821)


En la Inglaterra victoriana se dio una curiosa corriente de ida y vuelta: las familias de rancio abolengo adolecían de maltrechas arcas y los acaudalados comerciantes o terratenientes del Nuevo Mundo disponían de floreciente dinero, contante y sonante. Las necesidades de uno se cubrían con las disponibilidades del otro, así que las matemáticas funcionaron bien y la familia Churchill, una de las más linajudas de Gran Bretaña, inauguró la importación de herederas norteamericanas al Viejo Continente.


Lord Randolph Spencer-Churchill (1849-1895) casó con Jennie Jerome, hija del magnate Leonard Jerome. George Charles Spencer-Churchill, hermano del anterior y 8º duque de Marlborough (1844 – 1892) casó con Lilian Price, hija de Cicero Price (quien conservó el título luego de haber quedado viuda del duque). Charles Richard John Spencer-Churchill (1871-1934), hijo del anterior y 9º duque, Secretario de Estado de 1903 a 1905, casó con Consuelo Vanderbilt en 1895 y luego de divorciarse de ella se casó con Gladys Deacon, hija de Edward Parker Deacon. Por último y ya a mediados del siglo XX, John George Vanderbilt Spencer-Churchill (1926 - ), 11º duque y actual jefe de la Casa, casó en segundas nupcias –cuando todavía era marqués de Blandford- con la millonaria Athina Livanos, de la familia de navieros griegos, recientemente divorciada de Aristóteles Onassis.



Blasones de los Churchill



Los nobles franceses fueron los siguientes en la lista de admiradores de las anglosajonas ricas, luego los apátridas, rusos principalmente, pero también polacos y alemanes. Algunas ambicionaban algo más que pertenecer a la nobleza por matrimonio y, a fuerza de encanto o de dólares, lograron acercarse a las gradas de un trono inmemorial, lo cual estaba bien, y sentarse con plenos derechos en otro –aunque fuera de un reino liliputiense-, que era mucho mejor.


En Europa, las alianzas entre nobleza y fortuna también es cosa corriente, ya que los altos niveles sociales generan ese “beau monde” del que habla la prensa especializada con una mixtura de millonarios, celebridades del espectáculo, realeza y aristócratas de vieja prosapia que se encuentran en fiestas de todo tipo en el círculo New York-Londres-París-Roma-Venecia. Tanto encuentro social abre las puertas a infinidad de relaciones y el matrimonio –aunque fuera por interés- es una de ellas.


Compromiso de Pablo de Grecia y Marie-Chantal Miller (9 de enero de 1995)


Veinticinco alianzas notables entre riqueza y nobleza fueron:


  • CATHERINE WILLIS GRAY con el príncipe Aquiles Murat (1826)

  • JENNIE JEROME con lord Randolph Churchill (1874)

  • ALICE HEINE con el duque de Richelieu (1875) y el príncipe Alberto I de Mónaco (1889)

  • CONSUELO YZNAGA DEL VALLE con el 8º duque de Manchester (1876)

  • LILIAN PRICE con el 8º duque de Marlborough (1888)

  • CLARA WARD con el príncipe de Caraman-Chimay (1890)

  • WINNARETTA SINGER con el príncipe Edmond de Polignac (1893)

  • CONSUELO VANDERBILT con el 9º duque de Marlborough (1895)

  • ANNA GOULD con el conde Boni de Castellane (1895) y el marqués de Talleyrand-Perigord (1908)

  • POLA NEGRI con el conde Domiski (1919) y el príncipe Serge Mdivani (1927)

  • PIEDAD ITURBE Y SCHOLTZ con el príncipe Maximilian von Hohenlohe-Langenburg (1921)

  • GLORIA SWANSON con el marqués Henri de la Falaise (1924)

  • MAE MURRAY con el príncipe David Mdivani (1926)

  • THELMA MORGAN con el Vizconde Furness (1926)

  • BARBARA HUTTON con el príncipe Alexis Mdivani (1933), el conde von Reventlow (1935), el barón von Cramm (1947), el príncipe Trubetzkoy (1955) y el príncipe Doan (1964)

  • WALLIS SIMPSON con el príncipe Eduardo de Gales (1937)

  • MARY FAHRNEY con el conde Oleg Cassini Loiewski (1938)

  • CLARA AGNELLI con el príncipe Tassilo Von Fürstenberg (1938)

  • CECIL AMELIA BLAFFER con el príncipe Tassilo von Fürstenberg (1947)

  • MONA TRAVIS STRADER con el conde Albreth von Bismarck-Schönhausen (1954)

  • GRACE KELLY con el príncipe Rainiero de Mónaco (1956)

  • MARTHA CRAWFORD con el príncipe Alfred de Auersperg (1957) y con Claus von Bülow (1966)

  • LEE BOUVIER con el príncipe Stanislas Radziwill (1959)

  • MARIE-CHANTAL MILLER con el príncipe Pavlos de Grecia (1995)

  • ALEXANDRA MILLER con el príncipe Alexandre von Fürstenberg (1995)

Una de las alianzas más célebres, la de los Duques de Windsor (3 de junio de 1937: de izq a der, Herman Rogers, Wallis Simpson, el Duque de Windsor y Major Metcalfe)


En noviembre de 1895, luego de la boda de Consuelo Vanderbilt y el duque de Marlborough, el New York World publicó los nombres del total de veintisiete duques ingleses subrayando a los que todavía eran “elegibles”. “Atención, herederas norteamericanas”, decía el epígrafe, “¿qué ofrecerá cada una?




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